15/9/11

Olanzapina

La olanzapina es un antipsicótico, grupo de fármacos clásicamente reservados para cuadros psicóticos, que ahora con la aparición de antipsicóticos denominados atípicos (en general, con menos efectos anticolinérgicos, y menos efectos extrapiramidales como el efecto temido a largo plazo de la discinesia tardia, aunque no inexistentes, incrementándose este último riesgo al aumentar la dosis), a los que pertenece la olanzapina, se está expandiendo su uso a otros cuadros, reservándose, en general, a cuadros resistentes a fármacos más apropiados y con menor riesgo; también en otras ocasiones se ha recurrido a otros fármacos, entre los que figuran los antipsicóticos atípicos así como antidepresivos, para evitar la posible dependencia de las benzodiacepinas, fármacos mucho más seguros, aunque con respecto a esto ya se ha alertado acerca de la elección de fármacos con mayores efectos secundarios para evitar la cierta dependencia, exagerando su importancia (se trataría de una dependencia física, en ningún caso de una adicción, para lo cual se requeriría un componente psíquico). Las indicaciones, por el momento, aprobadas para la olanzapina son las de esquizofrenia, episodio de manía, así como la prevención de ciertos Trastornos bipolares; en estos casos sí puede ser una muy buena alternativa. Es un potenciador del efecto de los ISRS (grupo al que pertenece la fluoxetina), y se ha visto su eficacia, según Schatzberg 2005, p. 194-6, en dosis bajas en varios trastornos de ansiedad (como trastorno de ansiedad generalizada; en algunos casos de Trastorno Obsesivo Compulsivo, resultando en el efecto contrario en otros casos), así como en varios trastornos de personalidad (límite y esquizotípico), recomendándose clínicamente sólo siempre que hubiesen fallado otros tratamientos más apropiados; también se ha visto su eficacia en depresiones resistentes (incluso el episodio depresivo del Trastorno Bipolar), junto con ISRS; se han referido datos que demuestran que la combinación de fluoxetina y olanzapina es eficaz en la depresión psicótica, por lo que éste podría ser el tratamiento de primera elección recomendado en estos casos debido a su seguridad y facilidad de uso, frente a los otros tratamientos recomendados en estos casos (como terapia electroconvulsiva, amoxapina o una combinación de un antidepresivo tricíclico y un antipsicótico) (Schatzberg 2005, p.43 y 193); e incluso se ha observado, sin que estas diferencias hayan sido estadísticamente significativas, que la terapia única con olanzapina, presentaba más eficacia frente al placebo, en la depresión psicótica, pensándose que el índice relativamente alto de abandono del tratamiento pudiera haber disminuido la capacidad para detectar estas diferencias (Schatzberg 2005, p.208.).
La olanzapina es un medicamento generalmente bien tolerado, pero como todo medicamento, con efectos secundarios (más que los que has tomado hasta ahora), siendo importante un incremento del peso (debido a un aumento de apetito, lo cual habría que intentar combatir vigilando la ingesta, según Schatzberg 2005) en un importante porcentaje de casos, pudiendo llegar a ser muy importante, e hiperglucemia (también en casos importantes se acompaña el aumento de peso de aumento de triglicéridos, y en algún caso se ha referido el comienzo de Diabetes); el fármaco ocasiona sedación, lo cual es aprovechable si hay problemas del sueño, y si se quiere evitar la sedación diurna se ha mostrado útil el tomarlo con el estómago vacío uno hora antes de irse a dormir (Schatzberg 2005). Luego hay otros efectos secundarios, como pasajero incremento de la prolactina (la cual es transitoria y más leve que con otros antipsicóticos), sin repercusión clínica, y de enzimas hepáticas (también transitoria en las primeras semanas de tratamiento, sobre todo con dosis altas); también cierto ortostatismo como mareos; en dosis pequeñas, poco porcentaje de síntomas extrapiramidales.
Otros efectos secundarios que afectan a más del 2% de los pacientes tratados con Olanzapina, según Lozano Suárez 2002, son "aturdimiendo, sequedad de boca, acatisia e insomnio", y con menos frecuencia (también el mismo autor), "dispepsia, ansiedad, náuseas, temblor, hipotensión ortostática y diaforesis". Y abajo te dejo la ficha técnica del producto.
La evaluación de relación riesgo beneficio es algo que tiene que hacerse con todos los datos implicados en un caso. Te puedo decir los factores que tendría en cuenta: es fundamental tu inclinación hacia este medicamento; tu tolerancia de los síntomas de evitación; también sus repercusiones (me has nombrado algunas aparentemente negativas, pero también las puede tener positivas; intenta pensar en ello); el que estés más o menos dispuesto a poner en marcha otras pautas más psicológicas.
Yo no soy muy amiga de tratamientos innecesarios; y cada vez, menos.
Bien es cierto que el medicamento no tiene que ser para toda la vida; es más, al ser un medicamento sin la indicación aprobada y con importantes potenciales efectos secundarios, habría que justificar tanto su comienzo como su continuación; está claro que si en un período razonable no se viese claramente su beneficio, habría que retirarlo (tener esto muy en cuenta y no seguir tomando el medicamento por inercia).
Si te decidieses por su uso piensa que su uso no tiene por qué ser a largo plazo; y así como de muchos antidepresivos no se puede esperar ya más efecto del demostrado, más allá de las 6, 8 semanas, en el caso de los antipsicóticos es globalmente distinto ( y sí en general se puede esperar que mejoren su efecto incluso hasta 6 meses; esto con respecto a su efecto antipsicótico), pero yo te diría que en 4 semanas ya vayas evaluando el efecto y así; no he visto trabajos con resultados concluyentes acerca del uso de antipsicóticos atípicos en la fobia social.
Para la fobia social generalizada (de la cual se cree que no existe una diferencia más que cuantitativa con el trastorno de personalidad por evitación) sí se ha utilizado la terapia cognitiva, como la denominada reestructuración cognitiva; identificar y evaluar pensamientos automáticos y que sostienen el comportamiento que se quiere tratar, viendo pautas alternativas a dichos pensamientos; también "descatastrofizar" las experiencias de rechazo o de desaprobación social, dado que no siempre sólo tienen aspectos negativos, ni proceden de conductas erróneas; en cuántas ocasiones una conducta más original, novedosa, e incluso auténtica, produce franco rechazo social, lo cual también podría ir aumentando el comportamiento evitativo e incluso la falta de habilidad social, pero en conjunto, no siempre con connotaciones negativas, dado que no sería aconsejable asumir cualquier coste de la adaptación social si ésta no es constructiva; digamos que el objetivo de una conducta no debe ser su adaptación social, su aceptación social superficial, ni la satisfacción de ciertos intereses superficiales, sino que el objetivo idóneo debe ser más desinteresado de los propios intereses, y dirigirse a realmente hacer el bien de verdad a las personas. Este idóneo objetivo no es incompatible, con un tratamiento, dentro de lo razonable de ciertas limitaciones (dentro de lo razonable ya que no todas las limitaciones tienen tratamiento), así como es muy importante su aceptación (para lo cual es fundamental este objetivo generoso, con el cual se le verá un sentido a cualquier característica o aparente contrariedad, que ya no dependa de uno).
Yo, en principio, no te recomendaría la olanzapina, pero como te digo para valorar todos los factores de riesgo beneficio es fundamental la consulta, en la cual se ven todos los factores, incluido tu inclinación en este sentido (si uno se sincera consigo mismo, sabe muchas cosas de sí, y tiene un gran coste el no seguir esta, digamos, intuición, que no obedece a un pensamiento irracional, sino a la abstracción de muchos datos). Yo realmente no aconsejaría hacer nada que uno no quisiera hacer. Sin embargo, si resulta que uno no acepta lo que le ocurre, etc., o bien honestamente, con un óptimo objetivo, que, como te digo, nunca meramente por los propios intereses, pues a lo mejor habría que recurrir a ciertos tratamientos, y asumir ciertos riesgos, de los cuales uno nunca se arrepentiría, si hubiese realizado un buen discernimiento.
Yo creo que es necesario el recalcar todo lo posible el tratamiento de los factores psicológicos implicados (también puedes ver el efecto del ejercicio físico): reflexionar sobre objetivo en la vida, objetivos en varias parcelas, como el trabajo, relaciones sociales, siempre englobado en un objetivo óptimo en la vida; delimitación de las dificultades reales, aceptación, así como ver las auténticas motivaciones para la evitación, depurando todo ello, de malsanos intereses personales. Te recomendaría hacer el trabajo de reflexionar sobre ello (una o dos horas diarias, procurando, como te digo, depurar todo ello de intereses personales, sino que orientándolo a un objetivo más generoso, y tomando resoluciones al respecto, que serán nuevamente evaluadas, no con respecto meramente a resultados concretos, sino que conforme a un objetivo más amplio y generoso). 
Un buen articulo para los pacientes que toman este medicamento, fuente:  www.todoexpertos.com

Voy a pedir cita para consultar mi siquiatra por mis problemas de peso.

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