19/1/22

Consulta con la psiquiatra

 El lunes pasado he tenido la ocasión de tener una consulta presencial con mi psiquiatra, después de no sé cuántas por teléfono.

Debo seguir con mi medicación: Plenur 1-0-2 y Risperidona 0-0-1 porque estoy relativamente estable pero con la tendencia a un estado de animo elevado.

La analítica ha dado buenos resultados, excepto el colesterol que es un poco alto.

Nada, espero que todos se encuentran más o menos bien, hasta otro momento...


 

14/10/21

 El trastorno bipolar en los jóvenes: avances y retos




Justo estaba investigando y realizando entrevistas sobre el trastorno bipolar cuando comenzaron a sonar noticias en mi barrio de la ciudad de Nueva York sobre un hombre de 21 años que llevaba extraviado una semana. Los comunicados lo describían como “bipolar” y decían que “tal vez esté experimentando un episodio maníaco”.

Leer estas noticias me transportó casi siete décadas atrás, a aquel día en que la policía estatal de Texas llamó a mi padre para informarle que habían encontrado a su hermano, mi tío favorito, deambulando en la carretera. Nunca supimos cómo llegó hasta ese lugar desde Nueva York. Al parecer, sufrió un brote psicótico y terminó en un hospital de salud mental del estado de Nueva York que, fuera de aplicar tratamientos con choques eléctricos, ofrecía pocas herramientas para ayudarlo a reincorporarse a la sociedad con efectividad.

No fue sino varias décadas después que le dieron el diagnóstico correcto: tenía depresión maníaca o, como se le denomina en la actualidad, trastorno bipolar. Caracterizada por cambios bruscos en el estado de ánimo, la “enfermedad maníaco-depresiva” fue reconocida oficialmente por la Asociación Americana de Psiquiatría en 1952. Por desgracia, pasaron muchos años antes de que existiera un tratamiento efectivo (el fármaco litio, que ayuda al cerebro a estabilizarse cuando sufre episodios agotadores de manía y depresión graves) para ayudar a mi brillante tío a reanudar su vida con cierta normalidad.

Por lo regular, el trastorno bipolar es un padecimiento que sufren miembros de una misma familia, y cada uno experimenta los síntomas en mayor o menor medida. Si uno de los padres padece el trastorno, el riesgo de sus hijos aumenta al diez por ciento. El hijo único de mi tío manifestó algunas características de conducta del trastorno bipolar de poca importancia, como aumento considerable en la velocidad de locución y actividad frenética, pero a pesar de ello pudo completar dos grados universitarios, casarse, ser padre de familia y tener una exitosa carrera de gran exigencia intelectual.

El trastorno bipolar suele diagnosticarse al final de la adolescencia o al inicio de la edad adulta, y afecta aproximadamente al cuatro por ciento de la población en algún momento de su vida. Sin embargo, en décadas recientes se ha observado un notorio incremento en el diagnóstico de esta enfermedad en niños y adolescentes, aunque algunos expertos están convencidos de que hay sobrediagnóstico de este trastorno e incluso sobretratamiento con fármacos psiquiátricos potentes.

Los síntomas observados en los niños en un principio pueden confundirse con otros padecimientos, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (o TDAH) o el trastorno oposicionista desafiante (o TOD), lo que puede causarles gran angustia a los jóvenes tanto en casa como en la escuela durante años. Como señaló en nuestra entrevista David Miklowitz, profesor de Psiquiatría en la Escuela de Medicina de UCLA, todavía existe “un rezago de alrededor de diez años entre la aparición de los síntomas y la identificación del tratamiento adecuado”.

A partir de un análisis del historial de varios pacientes, Boris Birmaher, profesor de Psiquiatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, concluyó: “En casos que corresponden hasta al 60 por ciento de los adultos con trastorno bipolar, los síntomas anímicos comenzaron a manifestarse antes de los 20 años de edad. Por desgracia, el trastorno bipolar pediátrico en general no se identifica, y muchos jóvenes que padecen esta enfermedad no reciben tratamiento o se les atiende por afecciones comórbidas en vez del trastorno bipolar”.

No obstante, Birmaher, quien se especializa en trastorno bipolar de inicio temprano, advierte lo siguiente: “El trastorno bipolar pediátrico afecta gravemente el desarrollo normal y el desempeño psicosocial, además de aumentar el riesgo de problemas de conducta, académicos, sociales y legales, así como de psicosis, abuso de narcóticos y suicidio. Mientras más se tarde en comenzar el tratamiento adecuado, peores serán las consecuencias en la edad adulta”.

La detección temprana, que es más probable cuando hay antecedentes de trastorno bipolar en la familia, les da a algunos jóvenes afectados la opción de probar el tratamiento con terapia familiar y conductual y, si la respuesta es positiva, obviar el uso de medicamentos, sugirió Miklowitz.

En general, es preferible evitar tratamientos con fármacos en el caso de los niños. Terence A. Ketter, profesor retirado de Psiquiatría de la Universidad de Stanford, afirmó que un problema es que cuando “las autoridades se topan con un grupo de niños con mala conducta, lo primero que piensan es que deben darles antipsicóticos para lograr que se comporten bien, pero pueden convertirse en una especie de zombis si se les aplica tratamiento innecesario”. Concordó con Miklowitz en que, “en promedio, los niños necesitan alrededor de una década y consultas con tres médicos distintos para recibir el diagnóstico y el tratamiento adecuados”.

Otra dificultad para dar el diagnóstico y tratamiento adecuados es la inagotable energía y la impresionante productividad y creatividad que van ligadas a los episodios de manía. Es probable que un joven no reciba la atención médica que necesita hasta que la manía dé paso a una depresión grave o, como en el caso de mi tío, psicosis.

Ronald Braunstein, director de la Orquesta Me2, que creó con Caroline Whiddon para apoyar a personas talentosas con enfermedades mentales, recordó que a los veintitantos años estaba montando en una ola frenética de logros artísticos cuando una depresión paralizante le provocó un colapso profesional y personal. Sin embargo, durante décadas no fue atendido adecuadamente y experimentó repetidos ciclos de grandes éxitos como director, seguidos de grandes fracasos.

Le pregunté a Braunstein, que ahora tiene 65 años y durante los últimos 14 años al fin ha recibido un tratamiento eficaz para el trastorno bipolar, qué recordaba sobre los primeros signos de su enfermedad mental.

“Todo parecía estar mal en mi adolescencia, no me sentía equilibrado emocionalmente”, dijo. “Las cosas eran más raras de lo que deberían haber sido cuando era adolescente. Mi padre una vez me llevó a un psiquiatra que me diagnosticó que tenía ‘nervios malos’”.

Describió así uno de los primeros síntomas de la manía:“Quería aprender a volar, y pensé que si bajaba una colina lo suficientemente rápido e inclinaba las manos en cierto ángulo, habría volado. En la escuela secundaria les dije a mis compañeros de estudios que sabía volar y fui a lo alto de un edificio para hacer una demostración. Afortunadamente, me convencieron de no hacerlo”.

Dijo: “No sabía qué estaba mal o si podía tratarse”. Añadió que para los padres de adolescentes, que pueden tener dificultades para reconocer el comportamiento anormal en los adolescentes, “a veces es difícil distinguir qué es una enfermedad y qué es una grandiosidad normal o una tristeza normal que podría haber sido causada por la ruptura con una novia”.

Birmaher enfatizó que, aunque los jóvenes que padecen trastorno bipolar por lo regular sufren episodios repetidos de depresión grave, “los episodios depresivos no son indispensables para llegar a un diagnóstico”. En algunos casos, la manía es el principal síntoma.

Cuando la depresión es el síntoma que lleva a los pacientes a buscar atención profesional, el diagnóstico correcto puede ser especialmente difícil. Como explicó Ketter, las personas con depresión en ocasiones no pueden recordar episodios anteriores de manía que se presentaron cuando no estaban deprimidas.

Miklowitz mencionó que una de las primeras señales del trastorno bipolar es la “desregulación anímica, es decir, que el niño sienta enojo o depresión en determinado momento y al poco tiempo se sienta emocionado, feliz y lleno de ideas”.

Hizo una lista de características que pueden ayudar a los padres a distinguir estos extremos de los altibajos normales de la adolescencia. Algunos de estos síntomas, muchos de los cuales deberían ser evidentes para quienes están alrededor, son “delirios de grandeza, menor necesidad de sueño, habla acelerada o apresurada y/o pensamiento ideofugitivo, frenesí de ideas, distracción, excesiva actividad enfocada en objetivos y comportamiento riesgoso e impulsivo”, indicó Miklowitz.

En cuanto a los síntomas de depresión, sugiere observar si hay “algún deterioro en las actividades normales; por ejemplo, si el niño de repente comienza a ausentarse de la escuela o a llegar tarde, no termina la tarea, se queda dormido en clase, baja de calificaciones, no quiere comer con nadie más, habla de suicidio o se lastima”.

Dependiendo de la gravedad del deterioro en cada caso, si se detectan en la adolescencia síntomas que no ponen en riesgo la vida, Miklowitz dijo que quizá sea posible comenzar con psicoterapia y evitar los medicamentos, que tienen efectos secundarios.

“Sin embargo, si la vida del menor corre peligro, si no puede realizar sus actividades normales en casa o en la escuela, es posible que algún fármaco sea la respuesta correcta”, aclaró. “Evitar el uso de fármacos conlleva ciertos riesgos”.

Cuando es necesario el uso de medicamentos, explicó, la dosis debe ser solo la suficiente para controlar los síntomas y no para sedar al paciente en exceso.

21/7/20

¿Qué es el trastorno afectivo bipolar?

El trastorno afectivo bipolar, conocido antiguamente como enfermedad maniaco-depresiva, es un trastorno cerebral grave que causa cambios repentinos e intensos en el estado de ánimo. Las personas con trastorno bipolar pasan de sentirse muy contentas y llenas de energía, a sentirse sin esperanzas y muy deprimidas; y este ciclo vuelve y se repite. Estas “subidas” (llamadas manía) y “bajadas” (llamadas depresión) son mucho más intensas que los altibajos normales que todos experimentamos de vez en cuando. Los científicos piensan que el trastorno bipolar puede presentarse en varias generaciones de una misma familia. También la estructura cerebral de las personas puede contribuir al desarrollo del trastorno bipolar.


Aunque los síntomas varían de una persona a otra, a continuación se mencionan ejemplos de síntomas frecuentes de manía y depresión.

Son síntomas de manía:
Sentirse muy animado o con mucha energía
Sentirse nervioso, agitado o irritable
Sentirse invencible; como si nada pudiera hacerle daño
Enfurecerse fácilmente
Estar demasiado activo
Hablar rápidamente y cambiar pronto de tema
Sentir poca necesidad de dormir
Actuar imprudentemente o correr riesgos (por ejemplo, consumir drogas, tener relaciones sexuales sin protección o gastar mucho dinero)

Son síntomas de depresión:
Sentirse desanimado o triste
Sentirse muy preocupado, sin esperanzas o sin autoestima
Tener dificultad para concentrarse y para recordar las cosas
Perder el interés en actividades que solía disfrutar
Sentirse cansado y volverse mucho menos activo
Comer mucho más o mucho menos que lo usual
Tener dificultad para dormir
Pensar a menudo en la muerte o considerar el suicidio

¿Cómo se trata el trastorno bipolar?

El trastorno bipolar puede tratarse con medicamentos o psicoterapia (hablar con un terapeuta capacitado). Entre los medicamentos para tratar el trastorno bipolar están los estabilizadores del ánimo (como el litio), los medicamentos antipsicóticos y los medicamentos antidepresivos. Cada persona responde de manera diferente a los diversos medicamentos antipsicóticos. Es probable que necesite probar varios medicamentos o combinaciones de ellos antes de encontrar el más eficaz para usted.
Su médico también puede sugerirle otros tratamientos sin medicamentos que puedan ayudarle a sobrellevar su enfermedad y los síntomas. Entre esos tratamientos están la consejería o los grupos de apoyo.
En ocasiones, los médicos recomendarán la hospitalización para ayudar a las personas con trastorno bipolar a estabilizar su ánimo.

Fuente: Agency for Healthcare Research and Quality (US)

4/7/20

TP cadera izquierda

Hace 10 días que me implantaron una nueva protesis en mi cadera izquierda. Después de un intento de suicidio con 19 años (caída puente) se formó con los años una necrosis de mi fémur. Cual me obligue a ponerme en manos de especialistas.
 

Está vez ha sido -me cuesta contar el número de operaciones - mi séptima intervención quirúrgica. Aún estoy algo dolido, pero cada día me encuentro algo mejor. Me alegro que puedo compartir esta buena noticia con tod@s vosotr@s. Un saludo y un feliz fin de semana. 

17/12/19

Blogs bipolares recomendados (2017)

Mi diario Bipolar

Nuria se describe como una persona a la que no le gusta tirar la toalla y lo demuestra a través de su blog Mi diario personal. Por medio de sus experiencias podrás descubrir cómo a pesar de sufrir dos enfermedades crónicas como la Bipolaridad y Esclerosis Múltiple con una discapacidad del 70%, salir adelante es posible.

Mujer Bipolar

Mujer Bipolar como ella se hace llamar, de 39 años, profesional, esposa, madre y bipolar, brinda sus experiencias con esta enfermedad, pero especialmente ofrece información muy valiosa y de primera mano para aquellas mujeres bipolares que desean ser madres. Con sus vivencias en dos embarazos, Mujer Bipolar demuestra cómo la bipolaridad no es un impedimento para alcanzar el sueño de ser mamá.

Matrimonio Bipolar

Nic y Adrián muestran en su blog Matrimonio Bipolar, cómo es posible llevar un matrimonio por más de 8 años con bipolaridad. Dedicado a compartir y ayudar a personas con Trastorno Bipolar y a sus cuidadores (familiares, pareja y amigos), este blog relata las experiencias valiosas de esta pareja que ha aprendido a dominar la enfermedad, llevando una vida de pareja y aceptando la Bipolaridad como parte de su vida.
Ya no se encuentra disponible.

Cómo vivo con mi trastorno bipolar

En Cómo vivo con mi trastorno bipolar, Óscar comparte sus vivencias en relación al trastorno mental que padece, cómo el prefiere llamarlo, trastorno maníaco depresivo, pues siente que está más asociado con sus sentimientos y la forma en que los afronta. En su blog busca ayudar a otras personas que viven con la enfermedad, dando pautas que según su experiencia sirven para sobrellevar este problema mental y ayudan a llevar mejor el día a día.

Tengo trastorno Bipolar

En este blog, Sergio Saldaña y autor del libro que lleva el mismo nombre del blog, ofrece a sus lectores, además de experiencias propias sobre su enfermedad, información muy valiosa para aquellos que padecen Bipolaridad. Si se trata de hablar sobre medicación, síntomas, del sistema de salud o simplemente anécdotas de una persona con bipolaridad, este es el blog que estabas buscando.

Esperanza bipolar

En Esperanza Bipolar podrás encontrar cómo ha sido la experiencia de Alberto al superar la bipolaridad y lograr estabilidad, tras una lucha de más de 5 años. Con una enfermedad que ahora parece ser un recuerdo y tras mucho aprendizaje de las experiencias vividas, las reflexiones, anécdotas, consejos e historias son muy enriquecedoras para aquellas personas que viven con Bipolaridad y pierden en algún momento la esperanza.

Soy Bipolar

Qué es la bipolaridad, cuáles son sus síntomas o qué significa ser bipolar... Aunque parezcan preguntas obvias e información fundamental, parece ser muy desconocida en la sociedad. Por ese motivo, Soy Bipolar, está dedicado a educar y concienciar a las personas de lo que es la enfermedad y lo que significa vivir con ella, rompiendo los tabús y estigmas que la rodean.
Está página web ya no existe.

Doblepolaridad

Este blog fue creado con un objetivo específico... Acabar con el estigma que acompaña la bipolaridad y lograr que las personas dejen de darle una connotación negativa a esta enfermedad. Para ello, la escritora de este blog comparte sus experiencias, buscando que quienes pasan por situaciones similares, sepan que no están solos, y que quienes no la padecen, conozcan más de cerca de que se trata y dejen de utilizar la palabra “bipolar” en forma despectiva.

Consuelo Bipolar

Consuelo fue diagnosticada de Trastorno Bipolar tipo I a los 20 años, pero había sufrido depresiones desde pequeña y a pesar de haber tenido una vida llena de altibajos ha logrado salir de las recaídas y seguir adelante. A través de su blog, esta guerrera cuenta sus vivencias, las dificultades y todo lo que acompaña a una vida con esta enfermedad.
Este blog solo admite a lectores invitados.

El rincón del bipolar

Este blog está dedicado a los seres humanos “normales”, a los que conviven con un bipolar y a las personas que tienen un trastorno bipolar diagnosticado. Con testimonios, vídeos, experiencias con el psiquiatra, consejos y mucha información de interés, éste blog es el perfecto aliado para aprender de la bipolaridad desde diferentes perspectivas.


24/7/19

Estoy bien, dejo la medicación

El trastorno afectivo bipolar es una enfermedad crónica que tiende a reaparecer después de un periodo de estabilidad, por eso reciben los bipolares tratamientos indefinidos. El abandono de la medicación es la primera causa de recaídas que sufren estos enfermos mentales.

Cuando un paciente decide dejar de tomar los psicofármacos que le ha prescrito el psiquiatra y ante la gran probabilidad de tener una recaída, es muy importante reestablecer el tratamiento para la estabilización del estado animico de la persona bipolar. Es imprescindible de que las personas con trastorno afectivo bipolar se tomen la medicacion segun las pautas de sus psiquiatras.

En la actualidad los especialistas utilizan tres opciones terapéuticas:

1. Antidepresivos para tratar las fases de depresión.
2. Antipsicóticos para tratar las fases de manía.
3. Estabilizadores del animo para previnir recaídas.

25/5/19

Estoy bien...

Creo que tengo la medicación adecuada para mi trastorno afectivo bipolar (TAB). Intento también mantener una cierta rutina diaria y en general tengo mi trastorno bajo control.


A pesar de estar bien medicamentado (litio y risperidona) tengo a veces oscilaciones sorprendentes. Unos ataques de mal humor y además transmito con mi forma de hablar menosprecio hacia mis seres queridos más cercanos.


O sea, en ese momento no hay manera que me hagan callar y levanto la voz demasiado, resumiendo siendo unos minutos insoportable. Me tranquilizo... después de un rato y me siento como un imbécil por haber reaccionado de tal manera. ¿Un bipolar puede tener emociones negativas?


18/10/18

Consulta urgente

Ayer tuve que acudir a la consulta de mi psiquiatra urgentemente.

Ahora mismo no puede afrontar mi vida sin ayuda de una medicación añadida. En mi caso me mandan a tomar a parte de mis 3 comprimidos de Plenur (carbonato de litio) un antipsicótico. 

Los antipsicóticos, también conocidos como neurolépticos y (erróneamente) como "tranquilizantes mayores", suelen tranquilizar sin alterar la conciencia ni producir una excitación secundaria, pero no deben considerarse solo tranquilizantes. Se emplean durante cortos períodos de tiempo para tranquilizar a los pacientes trastornados, independientemente de la psicopatología de base, que puede consistir en lesión cerebral, esquizofrenia, manía, delirium por intoxicación o depresión con agitación. 
Los antipsicóticos se emplean para aliviar la ansiedad grave, aunque esta medida se debe utilizar durante un período reducido. La causa de este episodio maniático es relacionado con el aumento de situaciones estresantes que me causaron cada vez más irritabilidad. 
El estrés en personas con Trastorno Afectivo Bipolar(TAB) es un detonante o desencadenante muy potente de cualquier episodio. Es como si los estímulos estresantes se potenciaran, y si no se canaliza o no tranquiliza esa energía necesita ayuda urgentemente.

4/2/18

HIPOMANIA

Creo que he entrado en un episodio hipermaníaco porque tengo menos necesidad de descansar y puedo hacer 3 cosas al mismo tiempo, por ejemplo veo una película, pienso en el proyecto de mañana y escribo esta entrada en el rincón del bipolar. Lo malo de mis hipomanías es - no todas son iguales porque cada persona es un mundo - lo difícil es reconocerlas como tal. A veces aguanto medio año u más sin tratamiento psicofarmacológico añadido ignorando las recomendaciones psiquiátricas. Pero sé lo de sin tratamiento adicional no es un buen ejemplo pero por otra parte es comprensible que se intenta vivir sin él porque la bajada del estado de ánimo elevado no es muy agradable. Para los familiares significan mis hipomanías el aumento de discusiones no productivas y uno y otro insulto. Luego tengo como siempre una mala consciencia y prometo el siguiente día acudir a mi especialista.